Este artículo no va a gustar a mucha gente.
¿Por qué?
Porque las pantallas son una bendición en algunas casas. Dejan a los niños embobados y los padres tienen vía libre.
Pero… ¿son realmente útiles para ellos? ¿Qué riesgos tienen? ¿Qué hacer si te están generando ya un problema?
En este artículo te cuento:
- La capacidad que destruyen las pantallas (y que en el futuro será clave para su éxito personal y profesional)
- Por qué las pantallas se parecen a la historia del Donuts y la manzana
- Lo que piensan los ingenieros de Silicon Valley sobre las pantallas (cuesta creer)
- Qué hacemos nosotros en casa
- …¡Y mucho más!
Aviso: aquí vamos a hablar de verdades incómodas, esas que mucha gente no está preparada para escuchar. Si quieres seguir con tu vida tal cual está, deja de leer ahora mismo. En caso contrario, no me digas que no te lo advertí…
Índice
- Este es el (¿perverso?) objetivo de las tablets y pantallas
- Conoce bien al enemigo: La manzana y el donuts
- Esta es la habilidad que fulminan las pantallas (y que será clave para el éxito futuro de tus hijos)
- ¿Todavía no lo ves claro? Mira lo que piensan sobre las pantallas los ingenieros de Silicon Valley
- La mejor tablet para niños
- ¿Qué hacemos nosotros en casa?
- Consejos extra
- ¿Te parece complicado conseguir que limiten las tablets o dejen de usarlas? Lee esto
Este es el (¿perverso?) objetivo de las tablets y pantallas
Por si hay algún despistado/a: cuando hablamos de «pantallas» hablamos de: tablets, ordenadores, televisores, móviles, vídeoconsolas…

Los mejores ingenieros han ido perfeccionando las aplicaciones infantiles con un solo objetivo (me muerdo la lengua para no decir «perverso»):
Que tus hijos no muevan su culo de la silla y que tengan los ojos pegados a la pantalla.
Porque de esta forma no molestan a los adultos, que pueden seguir con su vida de adultos, claro.
Así todos están contentos:
- Las madres y padres pueden cenar tranquilos (o lo que sea que quieran hacer) sin que sus hijos les molesten…
- Y los niños están más que satisfechos recibiendo una dosis de estímulos visuales y auditivos sin precedentes.
Pero… ¿todos ganan?
En realidad, no. Todos están perdiendo.
Vale, los padres ganan tranquilidad momentánea.
Y sí, puede que los niños ganen algunas habilidades, como mayor visión espacial o estratégica, pero el precio que pagan por ellas es demasiado caro.
Luego lo vemos.
Pero antes…
Conoce bien al enemigo: La manzana y el donuts
Cuando las pantallas se instalan en casa, es muy difícil pararlas.
Como cuando das de merendar donuts cada día y luego quieres cambiar a una manzana.
No cuela.
La manzana no puede competir con la cantidad de estímulos que genera el donuts.
El donuts, al igual que las tablets o los videojuegos, son productos de laboratorio. Están diseñados para deleitar tus sentidos, para que verlos (y comerlos) sea una experiencia sensorial inigualable.
Porque no olvides que el objetivo de Donuts no es que tus hijos estén saludables. Su objetivo es tu dinero (recuerda lo que vimos aquí), al igual que el objetivo de las pantallas era…
tic,tac,tic,tac…
Exacto. Capturar la atención de los niños para que no despeguen su vista de ellas.
Y para ello utilizan un montón de estímulos que les atrapan: coloridos llamativos, muchas transiciones, sonidos rimbombantes…
Si a los adultos, que tenemos un cerebro mucho más desarrollado y sabemos controlar mejor nuestros impulsos, ya nos cuesta dejar de ver Netflix o Tik-Tok… ¿cómo no les va a costar a los niños dejar de ver la tele o la tablet?
Recapitulando:
- Si les das todos los días de merendar un Donuts, el día que les pongas una manzana se echarán a llorar.
- Del mismo modo, si todos los días ven la tablet o la tele, cuando quieras que cojan un libro y lean… van a ser incapaces.
¿Qué ha pasado? Que su sistema está hiperestimulado.
Han hackeado su capacidad de atención.
Y estas son las consecuencias…
Esta es la habilidad que fulminan las pantallas (y que será clave para el éxito futuro de tus hijos)
El móvil lo ha cambiado todo.
Estamos inundados de cientos (¡tal vez miles!) de estímulos permanentes:
- Cualquier persona puede escribirte cuando le plazca con el Whatsapp
- Cada segundo hay contenido nuevo en las redes sociales
- Recibimos varios emails cada hora
Esto ha provocado que muchísimas personas sean incapaces de mantener el foco en una tarea concreta.
Se distraen con mucha facilidad.
Están escribiendo algo y cada pocos minutos tienen que consultar el email o abrir el Instagram.
Por eso, creo que en el futuro aquellas personas que sean capaces de mantener su foco, destacarán enormemente sobre el resto.
Dicho de otra forma (y aquí va mi apuesta): una de las habilidades que determinará el éxito profesional de los adultos del futuro es…
La capacidad de focalizarse en una tarea y mantener la concentración
¿No te gustaría brindarles a tus hijos este superpoder?
Pues con las pantallas se lo estamos quitando. ¿Por qué?
Las pantallas sobreestimulan el sistema nervioso de nuestros hijos, haciéndoles dependientes de estímulos cada vez mayores para satisfacerse. Pueden pasar horas mirando una pantalla, pero luego les cuesta un mundo concentrarse para realizar tareas cotidianas (como sus deberes, escuchar un cuento etc.).
Vamos a verlo con un símil.
Imagina la atención de tus hijos como una luz: donde ilumina está poniendo el foco.
- Modo linterna: Digamos que con el uso de pantallas la atención de tus hijos se parece más a una linterna, que dispersa la luz.
- Modo láser: Y cuando crecen con poca exposición a las pantallas, su foco de luz se parece más a un láser, que puede dirigir su atención a un punto en concreto sin dispersión.
Mira:
Pero esto no acaba aquí.
Las pantallas no solo generan distracción.
Además de esto, producen otros problemas graves:
- Pierden capacidad de relacionarse: ya no les estimula tanto ir al parque o de excursión como quedarse en casa jugando a la tablet. Tengo casos muy cercanos y la situación es así de dramática.
- Tienen menor estabilidad emocional y se portan peor (estudio).
- Los que empiezan de muy pequeños y pasan muchas horas, son más propensos a anhelar emociones fuertes en el futuro (drogas y otras adicciones).
Puede parecerte exagerado.
Y obviamente no va a pasar nada porque dediquen unos minutos al día a ver la Tablet o jugar a Apps.
No hablamos de eso…
Sino de pasar varias horas al día entre móvil, TV, videoconsola, tablet… Y es mucho más habitual de lo que crees.
En España la media está por encima de las 3 horas (detalle).
Y cada vez son más neuropsicólogos los que empiezan a alertar de los peligros. Incluso algunos estudios (como este en la prestigiosa revista The Lancet) concluyen que:
Limitar el uso de pantallas (móvil, ordenador y tablet) por debajo de dos horas al día es el factor más importante (por delante del descanso o la actividad física) para determinar los progresos en el funcionamiento cognitivo de los niños.
Este estudio se hizo para niños algo mayores, a partir de 8 años, pero el impacto en niños más pequeños sería todavía peor (en mi opinión).
Por suerte, los medios oficiales ya empiezan a hacerse eco.
En esta noticia reciente se comenta que 2 de cada 3 guardarías están detectando retrasos en el desarrollo de los niños (dificultades para comer o relacionarse con otros) por el abuso de las pantallas.
Un drama…
¿Todavía no lo ves claro? Mira lo que piensan sobre las pantallas los ingenieros de Silicon Valley
Oirás a algunas madres y padres decir algo como:
«Es bueno introducir las pantallas para que se adapten a la tecnología, sino luego serán analfabetos tecnológicos».
Algunos lo dirán convencidos.
Otros, en el fondo, conocen los riesgos pero quieren mirar para otro lado, quieren autoconvencerse de que «no será para tanto».
Recordemos que las pantallas absorben a los niños y hacen que los adultos disfruten de momentos de calma.
Es difícil renunciar a esto…
Pero volviendo a la reflexión de antes:
«¿Es bueno introducir las pantallas para que se acostumbren a la tecnología?».
Para responder a esto voy a contarte una historia. ¿Sabes quién es Steve Jobs? Espero que sí, ¡no me asustes! 😅
Pues es muy famosa la siguiente anécdota del fundador de Apple:
Después del lanzamiento del iPad en 2010, Jobs tuvo una entrevista con un periodista de The New York Times. En esta entrevista, el periodista le dijo:
– Bueno, seguro que sus hijos están encantados con el iPad.
A lo que Jobs le respondió:
– Ni lo han usado.
El periodista soltó una exclamación de asombro, a lo que Jobs le dijo (y aquí viene lo bueno):
– Limitamos la cantidad de tecnología que usan nuestros hijos en casa.
El propio Walter Isaacson, el que elaboró su biografía y que pasó con él muchas horas, llegó a decir:
«En esa casa nadie sacaba nunca un iPad o un ordenador. Los niños no parecían en absoluto adictos a los dispositivos»
Y Steve Jobs no es el único caso.
Los hijos de grandes directivos de Silicon Valley no usan a penas tecnología, aunque parezca irónico (detalle).
¿Casualidad?
No, estos hombres saben de primera mano los riesgos de estos dispositivos y los mantienen lejos de sus hijos tanto tiempo como puedan.
Obviamente, a medida que crecen se hacen necesarios por el mundo en el que vivimos, pero no por introducírselos antes les favorecemos.
Todo lo contrario.
Pero bueno, tiene que haber alguna tablet que esté mejor adaptada a los niños y no produzca efectos tan nocivos, ¿no?
La mejor tablet para niños
(Sí, no se me ha ido la olla. Este apartado está vació a propósito porque, para mí, la mejor tablet es «ninguna»).
Bueno va, si tuviera que elegir una me quedaría con esta 😉
¿Qué hacemos nosotros en casa?
No pretendo ser ejemplo de nada.
Solo contarte mi caso por si te inspira o te ayuda.
- Nosotros no tenemos tablets en casa. Ni tampoco ordenadores para niños. Simplemente no los hemos comprado. Eso sí, tenemos nuestros ordenadores y a veces los usamos con ellos para imprimir alguna cosa para el cole, por ejemplo.
- No vemos la TV más allá de algún finde una peli (intentamos que sean de las antiguas, luego te cuento por qué).
- Tratamos de que no nos vean mucho con los móviles (sería incongruente no predicar con el ejemplo).
- Les compramos muchos libros y juegos de mesa, algunos con los que pueden jugar solos (si te interesa que te diga algunos, déjame un comentario).
Pero no siempre lo hemos hecho «bien».
Hubo una época en la que la TV fue ganando terreno…
Cuando Dani tenía 4-5 años dejábamos que viera la TV mientras yo hacía la cena, que serían unos 15 minutos.
La verdad, no sé porque iniciamos esta costumbre.
Pero claro, a la que me quise dar cuenta, ya se había integrado en sus hábitos y cada noche la pedía…
A ver… sé que es un tiempo limitado y que tal vez estés pensando que «no es para tanto». Pero siendo consciente de los perjuicios de las pantallas y habiendo alternativas, para mí no tenía sentido mirar hacia otro lado.
¿Qué hicimos? De forma resumida:
- Poco a poco ir concienciándole de los peligros. Tal cual te los he contado aquí, pero en lenguaje más sencillo. Y le hablábamos de casos (reales) de otros amiguitos que ya no queiren ni salir a jugar al parque porque están enganchados a las pantallas.
- Intentamos introducir actividades en ese momento que fueran divertidas para él (le entretenía cocinando conmigo, o su madre jugando a algún juego). Lo cual hizo que poco a poco se fuera olvidando de la TV.
- Al final, él mismo fue el que dijo de no ver la TV todos los días, sino día sí, día no.
Hasta que un día… ¡sorpresa! Ya ni se acordaba de la TV.
Como te digo, no fue de un día para otro y tuvimos que «currárnoslo» proponiéndole actividades alternativas que le fueran atractivas.
Pero, para nosotros, el esfuerzo mereció muchísimo la pena.
Consejos extra
Te dejo algunas ideas que aplicamos nosotros por si te ayudan.
- Si ves películas, lo ideal es que sean «de las antiguas». Y con antiguas me refiero a tipo Mary Popins, La Bruja novata o Cariño he enconjido a los niños (nuestra favorita y hay una trilogía). Son películas «más lentas» sin tantos efectos animados y que no sobrestimulan tanto la atención. Y, por cierto, a mí me siguen gustando mucho más que las de ahora.
- Si le pones algunos dibujos para niños, al menos que aprenda algo. Que sean en otro idioma, que le ayuden con las matemáticas o que le enseñe algún valor que consideres importante. Una que veía Dani es NumberBlocks. No me gusta el colorido y es bastante rápida, pero al menos aprendía inglés y matemáticas, y en su caso le vino muy bien. Aunque insisto, encontrará experiencias igual o más enriquecedoras en un entorno libre de sobre-estimulación.
- Si van a usar la pantalla X tiempo al día, mejor que sean cosas productivas, tipo Apps para aprender idiomas (Duolingo dicen que va muy bien). Lo dicho, para mí, que aprendan inglés, matemáticas o lo que sea no justifica su uso. Pero si van a usarlas, mejor que saquen algo de provecho.
- Acordar con ellos un tiempo máximo al día. Si ya están viendo la TV o tablet regularmente y no ves fácil que dejen de verla a corto plazo, deberías fijas unos límites al día/semana. Como es complicado que ellos mismo se autoregulen, usa una App en la que fijéis el tiempo máximo y se apague automáticamente una vez transcurrido. Si conoces las bases de la disciplina positiva, sabrás que si los involucras en las decisiones, son más propensos a colaborar.
¿Te parece complicado conseguir que limiten las tablets o dejen de usarlas? Lee esto
No es realista pensar que, de un día para otro, tus hijos van a dejar de ver la tablet/TV porque tú se lo pidas.
Como te contaba, esto tiene que ser una transición gradual.
Para conseguirlo, gritar y amenazar no suele ser lo más efectivo (aquí y aquí hablamos largo y tendido sobre el tema).
Lo ideal es que le involucres en la toma de decisiones, que escuches sus demandas y que tracéis un plan conjunto.
Una de las personas que más sabe sobre cómo establecer límites empáticos y trabajar en la resolución de conflictos (tanto de pantallas como cualquier otro) es Daniel Bezares (aquí le entrevisté).
Daniel ayuda a familias a recuperar la paz en casa a través de diversas técnicas y herramientas que ha ido desarrollando con los años. Su escuela desaprendo ya ha ayudado a cientos de familias en este sentido.
¿Quieres ver cómo puede ayudarte? Echa un ojo a este vídeo breve (no trata el tema de pantallas en concreto, pero lo que te cuenta es aplicable a este problema):